martes, 5 de junio de 2012

Un día en las marionetas


Y digo yo, ¿para qué se me ocurre a mí inventar?, ¿por qué no me estaré yo quietecita y calladita alguna vez? Pues no va y se me ocurre ayer tarde llevar a los niños a la Plaza Birrambla a ver un teatro de marionetas???? ¡¡Ea!!

Las gemelitas se levantaron de la siesta a las cinco y media, de un mal humor…!!! Sobre todo Beatriz, que no había quien se acercara a ella. Venga a llorar y llorar… no quería merendar, no quería que la cogiera, no quería estar en el suelo, no quería jugar, no quería dormir… ¡¡¡¡Aaaaaaaahhhhh!!!

¡¡¡Hala, niños, a la calle!!!

-         Noooooo, a la calle nooooooo, que yo quiero ver dibujitos, ¡¡¡que no he visto ningunos!!! – dice Juangui. Lo que más me gusta de todo es lo bien que mis hijitos acogen mis propuestas...
-         Pero hijo si después de comer has visto muchos y ahora llevas ya media hora viendo la tele…
-         Noooooooo… no he visto nada… - ¡¡lo que hay que escuchar!!
-        ¿No quieres ir a ver las marionetas, que son tan bonitas??
-         ¿cómo son? ¿Como las de mi cole?
-         Sí, como las de tu cole, igualitas, igualitas… – y yo qué sé cómo son las de tu cole ni cómo son las que vamos a ver…

Cojo a las pequeñas, después de darles la merienda, y voy a cambiarles de ropa. Hoy las voy a poner guapas, que vamos al centro, y además, ¡¡es Feria!! Le pruebo un vestido a Lucía y le está muy apretado de sisas. Como se lo deje le va a hacer rozaduras y todo a la pobre, así que le pruebo otro más grande pero no me gusta nada cómo le queda, y el tercero que le pruebo ya me gusta más. ¡¡Menos mal!! lo peor es que seguro que dentro de unos años le regañaré a la chiquilla cuando se pruebe medio armario para salir…

Con Bea tengo más suerte: el primero que le pruebo que fue el primero que le quité a su hermana, le está bien. Como está más flacuchilla… Pero no tengo la misma suerte con las sandalias. Le pongo unas nuevecitas, relucientes, que le compré el otro día, y parece que le aprietan un poco, porque se queja mucho (vamos, en su línea de esa tarde…), así que al final le pongo los zapatos rojos.

¡¡Bien!! ¡¡¡Dos menos!!! ¡¡Y solo me has costado poner cuatro vestidos y tres zapatos!! A ver la hora: las siete menos veinte. Ya vamos mal. Las marionetas empiezan a las siete y media…

Le doy a Julia el vestido que quiere de su armario y llamo a Juangui para que venga, que sigue viendo la tele. Ni me contesta. Lo normal. Voy a por él y lo traigo al cuarto poco menos que a rastras. Mientras le busco su ropa en el armario le digo que se vaya quitando la camiseta y el pantalón que lleva puesto. ¡¡¡Jaaaaaaaaaaa!!! Le cambio yo la camiseta y el pantalón y le digo que por lo menos se ponga los calcetines. ¡¡¡Y es que ni eso!!!! Acabo de decidir que este verano voy a dedicarlo a conseguir que mi hijo aprenda a vestirse. ¡¡¡Esto no puede ser!!!

Me llama Ismael (menos mal, estaba aburrida) para preguntarme si he salido ya de casa. A mi no me hace falta ni contestarle para decirle en qué estado de nervios estoy, pues detrás de mi solo se escuchan lloros de niños: Lucía se acaba de resbalar y se ha dado con el tirador de un cajón en la cara, Bea también está gritando porque quiere algo que Julia no le da y Juangui protesta porque no sabe cómo hay que ponerse los calcetines.

Le cuelgo y al final, claudico con el niño porque como siga así no llegamos ni para cuando cierren. Sí, Súper Nanny, ya sé que lo hago fatal, pero a ver cómo…

Por fin, me arreglo yo en dos minutos, subo a las pequeñas al carrito y logramos salir a la calle: las siete y veinte. 

Al final de la carrera de la Virgen nos encontramos con papi, ¡qué alegría! Y seguimos camino de Birrambla. Conseguimos sentarnos en las últimas filas, junto a nuestros amigos Rafilla y María (y María madre) y ahora resulta que el teatro se escucha fatal, no se entera uno de nada. 

Y Juangui empieza a preguntarme: 

 -         ¿Qué está diciendo esa princesa, mami? ¿Y ese señor? ¿ahora va a sacar una espada? ¿ por qué habla ese árbol? ¿y por qué mueve los ojos? Y la nariz, ¿por qué se le mueve? Pero si es de plástico… Y ahora ¿por qué sale esa bruja?, y ¿por qué es más grande que los otros muñecos? Y ¿se va a hacer de noche ahí? ¿y luego cómo se van los muñecos de ahí, mami? Y ¿cómo se salen? ¿y el teatro cómo se quita de ahí? ¿y qué señores son los que los quitan??? ¿son los arregladores?? ¿y por qué tiene la mano tiesa esa muñeca y hace todo el rato así y así y así????

Sinceramente, yo no sé si este niño será muy listo o no, pero desde luego estoy segura de que por FALTA DE INFORMACIÓN no será!!!!


Mientras, a las gemelas, les hemos dado unos gusanitos, y están ellas tan ricamente, entre nuestras piernas, recogiendo los que se caen al suelo, como es su costumbre. 

Al poco, como no se oye nada, nos vamos de ahí y subimos a los niños mayores a un tiovivo ecológico, que lo mueve un señor pedaleando.


A todo esto, Isma me acaba de decir que esta noche tiene cena con su ex jefe. Que han quedado a las nueve.

-         Pues qué bien, solo te queda media hora para llegar a casa, preparar la cena, ponerles el pijama (hoy no hay ducha), acostarlos e irte tú al Paseo de los Tristes. Lo veo justillo, pero bien…

-         ¡¡Pues vamos!!! 



Eso, no tenía yo ya en el cuerpo suficiente estrés, que ahora tengo que irme corriendo para que mi amantísimo se vaya de parrand... digooooo, de gestión externa… ¡¡¡YO DE MAYOR QUIERO SER MARIDO!!!

Y lo conseguimos. Conseguimos recorrer dos kilómetros en hora y media. Comme ci comme ça con los maratonistas. Claro, que tan solo nos hemos parado unas cinco veces a comprarles helados a los niños, írselos dando, quitarles las manchas de la boca, quitarles las manchas de las camisetas, descansar un poco, saludar a alguien, etc., etc…



A Ismael casi le da algo y no hace más que decir que cómo podemos ser tan lentos... Y no entiendo por qué me mira con cara de asesino cuando le sugiero hacer un estudio más detallado del asunto, si tanto le preocupa... 

El caso es que esta tarde, también hay marionetas, y ya son las seis menos cuarto ¡¡¡¡BIEEEENNNN!!!





1 comentario:

  1. Puntualizaciones al texto:
    en un kilómetro y 50 metros tardamos 55 minutos, y eso que llevábamos prisa.
    Teoría de la relatividad:
    si para comerse un platito pequeño de pescado con puré de patatas tardan 70 minutos...cómo pueden comerse un vaso de gelatina en 7 segundos? Por pedirlo a 130 dB? Por amenazar con la Tizona de Mio Cid?

    Esta mujer mía bendecida con grande dones...carece del umbral de la desesperación, es capaz de afrontar el fin del mundo y seguir planchando los uniformes para mañana.

    Muac

    P.D: y encima ...que mona va esta chica siempre.

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