Pues no. He buscado por Internet y no he encontrado nada que
hable de los asesinatos cometidos los domingos lluviosos. Ni de los divorcios que tienen su génesis en esos días.
Aunque, pensándolo bien, quizás sería más fácil encontrar algo sobre los
divorcios acaecidos por homicidio involuntario sobrevenido a causa de la
enajenación mental transitoria del cónyuge. Sin alevosía. Sin ensañamiento. Tampoco hay que hacer leña del
árbol caído.
Y me extraña que no haya datos, porque a mí, personalmente,
me resultaría, en un momento dado, muy fácil convertir un “rainy sunday” en un “bloody
sunday”…
Y es que yo sola me voy haciendo la película, desde el mismo instante en que esos hombres y mujeres del tiempo que hay ahora después del telediario, tan dicharacheros ellos, tan clarificadores, tan doctos en la materia, desde el inicio de la semana, te van haciendo el cuerpo para que, aún a pesar de la maravillosa semana laboral que va a hacer, en la que vas a estar la mayoría del tiempo encerrada entre cuatro paredes, sin que te dé un rayico de sol, ni falta que te hace (maldita la gracia que tienen), seas plenamente consciente de lo archiasquerosamente complicado que va a ser el “próximo domingo” meteorológicamente hablando.
Y es que yo sola me voy haciendo la película, desde el mismo instante en que esos hombres y mujeres del tiempo que hay ahora después del telediario, tan dicharacheros ellos, tan clarificadores, tan doctos en la materia, desde el inicio de la semana, te van haciendo el cuerpo para que, aún a pesar de la maravillosa semana laboral que va a hacer, en la que vas a estar la mayoría del tiempo encerrada entre cuatro paredes, sin que te dé un rayico de sol, ni falta que te hace (maldita la gracia que tienen), seas plenamente consciente de lo archiasquerosamente complicado que va a ser el “próximo domingo” meteorológicamente hablando.
Así, desde ese, ya de por sí, “encantador” lunes, empiezo a imaginarme con temor lo que significa para mí que el domingo sea
lluvioso.Y en un acto de auténtica candidez saco a relucir toda mi ingenuidad y
pienso que no, que se han equivocado, como otras tantas veces, y que el
domingo lucirá un sol que partirá las piedras, que para eso ya estamos en
Mayo.
Pero los días que siguen te vas cruzando con tus compañeros,
amigos, conocidos, vecinos, que parece que se han aliado cual contubernio
Judeo-masónico contra ti, y, pobres inconscientes, poco a poco van aniquilando la poquita
esperanza que te quedaba con sus pildorillas sabiondas y te van dando datos
concretos sobre el tremendo frío que va a hacer, los chuzos de punta que van a
caer y el viento súper-híper-ultra huracanado que va a soplar.
Y llega el viernes y no te hace ni gracia, y casi reniegas
de ti misma cuando te das cuenta de que en tu fuero interno desearías que hoy,
de nuevo, fuera lunes, con tal de no tener que pasar por el infierno que va a
ser tu casa dentro de dos días, con todos los niños encerrados, sin poder poner
un pie en la calle, con todo patas arriba, con todos llorando por unas u otra
causas, y no haces más que pensar qué podrías hacer para evitar eso, y sabiendo
cada vez más a ciencia cierta que no vas a
poder huir de ahí por mucho que quieras…
Y así, cuando llegas a casa y tu marido te espera con una
sonrisa, detrás de la puerta, y te pregunta, (oh, inocente!), “¿Querida, qué vamos a
hacer el domin…” Tú no le dejas ni terminar la frase y le respondes, casi escupiéndole las palabras a la cara, “¡¡¡Y la llave inglesa te la metes por el culo!!!”
Me extraña que no haya estadísticas, me extraña…
Muy bueno! Hay que pensar en positivo... por lo menos ha caído un poquito de agua para los pantanos ;-P
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