Bueno, al fin llega la noche, y con ella, el aseo vespertino...
Iba a poner diario, pero... lo siento, en mi casa, lo de ducharse todos los días (todos los niños) es un lujo, más que nada de tiempo... porque no sé cómo me las apaño que por más que corro sieeeeempre me dan las 9 y media, y esa es la hora tope, la hora bruja... todo lo que suceda a partir de ahí es descontando horas de sueño con lo que al día siguiente los niños no pueden con su alma y arman la de diosescristo... y yo estaré en la ofi a esa hora (ji ji ji ji), pero pobrecito de mi Isma... lo acompaño en el sentimiento...
Total, que voy a lo mínimo básico, que para mí son los dientes. Ya estoy empezando a enseñarles a Bea y Lucy a lavárselos. Véase un ejemplo de lo avanzadas que llevas las clases la más diminuta de mis vástagos:
No va a ser nadie la niña...jó!!
Y cuando tengo tiempo y ganas, también toca lavarse lo demás... así que aquí dejo el testimonio gráfico de lo que cuento, para que no me llaméis mentirosa...
Eso sí, que yo soy muy ecológica para todo, y para esto también, jaaaaaaaa!!!!
Ya ha llegado, ya está aquí, de nuevo, como cada año…
Sí, la
primavera, y con ella, las tardes a solas con los niños. ¡¡Qué ilusión más
grande!!! Y todas las tardes me pregunto lo mismo, como unas doscientas millones
de veces (en solo cuatro horas): “¿cómo fue, por qué y cuándo decidí yo tener a
mis niños?” Sí…. Les quiero mucho, es verdad, por supuestísimo, no los cambiaba
por nada ni por nadie… (Bueno… ejemmmm…
por un par de horillas de siesta,
quizásssss???) Pero es muuuuuuuuy duro, síiiiiiiiii, ya sé que es la historia
de siempre, lo que dicen todos los padres, la tan manida frase, ya… el caso es
que es verdad, se exagera al decirlo… por lo bajo!!! ¡¡¡En realidad es
muuuuuuuuuuuuuuuucho más duro!!!
Por las mañanas, suena el despertador a las 7 menos veinte,
me levanto a las 7 menos diez, con suerte… me ducho, me visto, me pinto y me
voy al trabajo. Vale. Hasta ahí bien, si obviamos el sueeeeeeeeño… Ahora queda
pasar 7 horas y media del tirón, en la oficina. Y en eso estás, en plena
actividad, hablando con una chica de unos grandes almacenes porque le duele la
mano de hacer pinza al ponerle las perchas a las cosas, cuando te llama tu
marido de pronto: “Que me ha dicho la seño de Juangui que es muy pegón”… “Ahhhhhh - le respondo - ¿¿Y qué quieres que haga yo
ahora mismo??? ¿¿¿ voy ahora y le regaño al
niño o qué???” “No, solo para que lo sepas!” “Bueno, vale, gracias por
la información…” Cuelgas y le sigues preguntando a la chica “Perdona…y…¿Cuántas
tortas decías que pegas al día???”
Más tarde estás hablando por teléfono con un empresario
sobre el tema de las bonificaciones por no tener accidentes de trabajo y en eso
que ves cómo el móvil vibra porque acaba de llegarte un whatsapp y, claro, no
te puedes resistir a mirarlo, porque, piensas, puede ser algo urgente (de todos
es sabido que las cosas graves y urgentes siempre se dicen por el whatsapp,
nunca por la línea normal del teléfono). Lo abro mientras sigo hablando con el
hombre y resulta que es de la niñera: “¿con qué meto la “corcha” de tu cama en
la lavadora, con blanco o con color?”, y entonces vas y le preguntas al
empresario, con el que sigues manteniendo la conversación a la vez: “¿de qué
color me ha dicho que es su empresa?”.
Ya más avanzado el día, mientras redactas un informe de
riesgo durante el embarazo, te acuerdas de pronto de que tenías que pedir cita
con el pediatra, (asociación de ideas, que se llama), y que tienes, además, que
pedir presupuestos para que te pongan unos toldos y que ya toca hacer la renta,
(asociación de ideas de mentes retorcidas, que se llama también) y te propones
hacerlo por la tarde, con la esperanza vana de tener luego un minuto para hacer
eso, y lo que es más difícil todavía, acordarte de hacerlo, y sabiendo que lo
mismo, exactamente lo mismo, lo pensaste también ayer, antes de ayer, ante-antes
de ayer, el otro, y el otro… y con pena admites que seguramente pasará otro mes
y no lo habrás hecho, porque no te puedes parar a hacerlo ni ahora, por la
mañana, ni luego por la tarde…
Y así, entre unas cosas y otras por fin consigues que den
las tres de la tarde y te puedes ir a casa…¡¡¡qué ilusión!!!¡¡¡Aijó, aijó, a
casa a descansar, lará lará, lará lará, aijó, aijóooo!!!
Te metes en el coche, pones la radio a toda potencia y emprendes
la marcha hacia tu casa a voz en cuello, que para eso tienes el aire
acondicionado: para poder llevar los cristales bien subidos y poder cantar a
gusto sin que nadie se te quede mirando. Y conforme vas acercándote a tu
domicilio conyugal, no sabes por qué pero se te va acabando el fuelle y la
alegría…y parece que al coche también… y llegas a la última rotonda (la del
helicóptero), que te adelanta hasta el “once”, y eso que va pisando huevos… y
es que, inconscientemente, has reducido tu velocidad de tal manera que si la
reduces un poco más ya vas para atrás, porque sabes que lo que te espera en
casa es, de primeras, mucho estrés, y de segundas, más estrés todavía… y pones
el aire todavía más fuerte, a 16º (ay
que ver, que no enfría nada el coche) y se te caen unos chorreones de sudor por
la frente que ni Induráin subiendo el Tourmalet, y de pronto se te quita el
agujero de hambre que tenías en el estómago y te empieza a temblar tanto el
pulso que vas a cambiar de emisora y pones los intermitentes a la vez… El caso
es que tardas lo mismo en llegar desde Almanjáyar al helicóptero que desde el
helicóptero a casa. Total, si solo he dejado paso en los últimos cuatro pasos
de cebra a todos los que veía a 50 metros a la redonda… total!!… Y no es que
haya ido detrás de esa bici todo el rato, es que ella iba a mi paso, yo qué le
hago???
Sin poderlo remediar, llego a la cochera y subo a casa.
¡¡¡¡AY!!! Ya desde que voy en el ascensor escucho gritos de niños (no serán los
míos). Noooooo, qué vaaaaaa!!! Son los de Rita… ¡¡¡Aypordiosssssss!!!
Abro la puerta y, efectivamente… vamos, qué drama!!! Lo de
“Macbeth” es una sit-comedy al lado
de lo que allí está pasando!!! Que si uno no quiere comer, que si la otra
tampoco, que si las pequeñas no quieren dormir… Inspiro profundamente e intento
poner orden. Al cabo de media hora ya los tengo dominados y durmiendo la
siesta. Despido a la niñera y me dispongo a prepararme la comida. En una
bandeja, que quiero sentarme delante de la tele y ver algo que me evada. Lo que
sea pero que no tenga yo que pensar en nada. Empiezo a pasar canales y termino,
cómo no, poniendo Vaugham Radio, que como no entiendo ni jota, es ideal… Y me
estoy metiendo el primer bocado de mi exquisito filete con salsa en la boca
cuando escucho un alarido descomunal que me corta el riego sanguíneo. “¡No
puede ser!!!” pienso. Pues sí… sí es: según una teoría que tengo, parecida a la Ley de Murphy, si por un
microsegundo te ha parecido escuchar a tu bebé llorando, ES!! Y dudo entre ir a por la niña ya de ya, o dejarla a ver si se
duerme otra vez…y por enésima vez me equivoco, y voy demasiado tarde a por
ella, cuando ya ha despertado a todos sus hermanos. Y entonces sí que me entran
los sudores de la muerte y un temblor que ya no sabría decir si es de hambre o
de impotencia… o de las dos cosas a la vez… y pienso que ojalá estuviera aquí la Súper Nanny para que me
cuidaran los niños entre ella y el cámara, manque fuera, mientras yo me dormía
una siesta… y mi mente empieza a pensar qué hacer ahora, que son las 4 y media
de la tarde y no puedo ir a ningún sitio… y lo único que se me ocurre es
decirle a los niños “¿queréis jugar a pintarnos la cara??”
No hay cosa que unifique más a cuatro niños de diferentes
edades que el salvajismo, creo yo, así que les dejo hacer…
JULIA PINTANDO A BEA
Y luego, que les limpie la cara su padre…
(Has escuchado "Escenas de Niños - Ensoñaciones" de Robert Schumann).
Pues no. He buscado por Internet y no he encontrado nada que
hable de los asesinatos cometidos los domingos lluviosos. Ni de los divorcios que tienen su génesis en esos días.
Aunque, pensándolo bien, quizás sería más fácil encontrar algo sobre los
divorcios acaecidos por homicidio involuntario sobrevenido a causa de la
enajenación mental transitoria del cónyuge. Sin alevosía. Sin ensañamiento. Tampoco hay que hacer leña del
árbol caído.
Y me extraña que no haya datos, porque a mí, personalmente,
me resultaría, en un momento dado, muy fácil convertir un “rainy sunday” en un “bloody
sunday”…
Y es que yo sola me voy haciendo la película, desde el mismo instante en que esos hombres y
mujeres del tiempo que hay ahora después del telediario, tan dicharacheros
ellos, tan clarificadores, tan doctos en la materia, desde el inicio de la
semana, te van haciendo el cuerpo para que, aún a pesar de la maravillosa
semana laboral que va a hacer, en la que vas a estar la mayoría del tiempo
encerrada entre cuatro paredes, sin que te dé un rayico de sol, ni falta que te
hace (maldita la gracia que tienen), seas plenamente consciente de lo
archiasquerosamente complicado que va a ser el “próximo domingo”
meteorológicamente hablando.
Así, desde ese, ya de por sí, “encantador” lunes, empiezo a imaginarme con temor lo que significa para mí que el domingo sea
lluvioso.Y en un acto de auténtica candidez saco a relucir toda mi ingenuidad y
pienso que no, que se han equivocado, como otras tantas veces, y que el
domingo lucirá un sol que partirá las piedras, que para eso ya estamos en
Mayo.
Pero los días que siguen te vas cruzando con tus compañeros,
amigos, conocidos, vecinos, que parece que se han aliado cual contubernio
Judeo-masónico contra ti, y, pobres inconscientes, poco a poco van aniquilando la poquita
esperanza que te quedaba con sus pildorillas sabiondas y te van dando datos
concretos sobre el tremendo frío que va a hacer, los chuzos de punta que van a
caer y el viento súper-híper-ultra huracanado que va a soplar.
Y llega el viernes y no te hace ni gracia, y casi reniegas
de ti misma cuando te das cuenta de que en tu fuero interno desearías que hoy,
de nuevo, fuera lunes, con tal de no tener que pasar por el infierno que va a
ser tu casa dentro de dos días, con todos los niños encerrados, sin poder poner
un pie en la calle, con todo patas arriba, con todos llorando por unas u otra
causas, y no haces más que pensar qué podrías hacer para evitar eso, y sabiendo
cada vez más a ciencia cierta que no vas a
poder huir de ahí por mucho que quieras…
Y así, cuando llegas a casa y tu marido te espera con una
sonrisa, detrás de la puerta, y te pregunta, (oh, inocente!), “¿Querida, qué vamos a
hacer el domin…” Tú no le dejas ni terminar la frase y le respondes, casi escupiéndole las palabras a la cara, “¡¡¡Y la llave inglesa te la metes por el culo!!!”
Por fin encuentro un hueco en que puedo (parece) escribir unas líneas sin que nadie me interrumpa (aunque tengo el corazón acelerado pensando que eso va a ocurrir en cualquier momento)... El corazón acelerado... tiene gracia... yo que siempre he sido la tranquilidad en persona, y ahora, ni casi duermo, ni me puedo sentar tranquila a tomarme una simple cervecilla (porque mi cuerpo me lo impide), ni puedo desconectar un solo momento durante el día...
Esta mañana hemos estado toda la familyféber, osea, los seis, de paseo por el centro, y como siempre salimos súuuuuuuuper tarde, en seguida a los niños les da hambre. Y su padre y yo, que parecemos novatos, nunca nos llevamos potitos, babero, etc., etc., no somos precavidos en absoluto, así que nos hemos metido en el nuevo Aliatar a tomarnos un bocata: el resultado ha sido el que esperábamos: desastroso. Las gemelas no han comido casi nada, Juangui tampoco, y a Isma y a mi, no sé cómo no nos sienta mal la comida, porque es horroroso!!!!
Después hemos seguido andannnndo, andannnnndo, y nos hemos tomado un helado a la sombra de un olivo...digooo, nooo, a la sombra de un...emmm, no me acuerdo... bueno... pues eso, más estrés para el cuerpo, que como llevábamos poco...¿¿¿pero cómo es posible que yo tenga manchas de helado azul en mi espalda?????¡¡¡¡Juanguiiiiiiiii!!!! Ayy, por dios, que me va a dar algo!!! Y encima viendo una de las carretas de las que iban para el Rocío que no arrancaba, y los carreteros, dentro, cerveza va, cerveza viene, venga a reír, venga a cascar...tan agustito!!!
Diecisiete manchas de helado más tarde, hemos seguido nuestro paseíto, y hemos llegado hasta el final de la calle Mesones, foto va, foto viene, y... media vuelta, Ar!!! Tóoooo, p'abajooo, pa' casa... "¡nooooo, para casa noooo!!" (ese es mi Juangui), y acto seguido dice: "Estoy muuuuuuuuy cansado, mamiiiii!!!". ¡¡¡Pero bueno, en qué quedamos????? Ufffffffff, qué paciencia, Señorrr!!
Total, que después de llegar otra vez hasta Puerta Real, seguir por Recogidas, girar en Pedro Antonio y Alhamar y por fin llegar a casa a las 5, los hemos conseguido acostar a todos...uffff...
Y el papá y la mamá, pues también, que pa eso somos personas humanas, como todos los demás... Y...justo cuando me quedo dormida después de media hora, ¡JUSTO EN ESE MOMENTO!!! ¡¡¡¡¡BUAAAAAAAAAAAAAA!!!! Qué os creéis???? Una de las gemelas... AAAAAAAAAHHHHHHHHHRRRRRRRRRR!!!!! ¡¡Nada, y no se calla!!!! Me espero un ratito, cinco minutos...y nada... ufffffff, bueno, me levanto... (por supuesto, mi amantísimo esposo, roncando a mi lado...)...Nada, que no quieren dormir ahora las gemelas... ¡¡la madre que las parió!!! Les pongo los chupetes, les mezo la cuna... y nada!!! Bueno, me voy a mi cama otra vez... Normalmente funciona, dejan de llorar a los 3 minutos, pero hoy, no... Ayyyy!!! ¡¡¡y siguen, y siguen, y siguen!!!¡¡¡y sigue, y sigue, y sigue, mi marido durmiendo!!! ¡¡no me puedo creer que no se haya despertado, tantas cervezas se ha tomado??? A ver...ummmmm, no, sólo se ha tomado una!!! Pues no lo entiendo!!! A los 10 minutos me levanto de nuevo y voy primero a la cocina, les preparo los biberones (tendrán hambre...), y justo cuando voy a por ellas, justo delante de la puerta de su dormitorio... ¿¿quéeee???? Que no se les oye!!! ¡¡¡que se han quedado dormidasssss!!!!! AAAAARRRRRRGGGGGGGG!!! Bueeeeeeeeeeno, pues me lo tomaré por la parte positiva, voy a sentarme delante de mi ordenador a ver si pongo un anuncio en eBay: "vendo niños muy monos, muy educados, guapos, todas las edades, poco uso..."
Hay días que no sé cómo no nos da algo a mi marido y a mi...
Cuando pensamos que por fin tenemos un poco de calma y estamos los dos tan a gusto, sentados delante del proyector, y viendo un capítulo de "Revenge", qué ignorantes somos de lo que está aconteciendo en otros lugares de la casa... y es que no falla: 40 minutos de relax (lo que dura un capítulo)igual a 40 minutos de disgusto.
Y ayer, no fue una excepción...
Y... de verdad que me gustaría saber qué pensamientos fueron los que pasaron por la cabeza de mi hija mayor, a la que yo tengo por muy inteligente, responsable, tranquila, etc... ¿para cortarse un buen mechón de pelo de la parte frontal de la cabeza???
Es curioso cómo cuando se viaja solo, sin nadie, aunque lleves música, tu mente se evade y discurre por destinos a veces inimaginables, y de pronto, sales del trance y piensas "¿cómo he llegado yo a este punto en mis pensamientos?¿de dónde había partido yo para llegar a esta conclusión?
Algunos acontecimientos pasados últimamente en mi vida (sobre todo, interior), han hecho que, de pronto sea más consciente de mi, de mi propia existencia, de mis ganas de ser algo más que un número de DNI flotando por el aire (por la nube, que se diría ahora), y ayer, sí ayer precisamente, pensé "¿y por qué no hacer un blog para exponer todos mis pensamientos y lo que pasa a mi alrededor?"
No es ya solo por la necesidad o esperanza de que quien lea esto sepa algo más de mi vida, sino, porque creo que si soy capaz de plasmar mi día a día, seré más capaz de analizar todo, verlo todo desde otra perspectiva, ordenar mis pensamientos, mis acciones y las acciones de los que están por aquí cerca.